Prefacio;

Siempre penzé que los hermanos estaban para protegerte y mas si eres la menor de la familia, pero cuando lo que tu creias era tu mundo, en verdad es una farza inventada para no lastimarte con la verdad hiere mas que haberla dicho desde un principio.....

miércoles, 7 de julio de 2010

Cap : O1 A New Day

Me encontraba sumamente aburrida y fastidiada de estar siempre encerrada en mi habitación.

Yo necesitaba salir de este agotador encierro. El siempre vivir y a diario ver cuatro paredes, una puerta y medio ventanal empezaba a causarme claustrofobia. Pero para mi desgracia no, podía hacer nada para remediarlo.

Mi hermano Robert era el celador de mi habitación.
Nunca me dejaba salir a ninguna parte a menos que fuéramos de caza. Él pensaba que el salir de casa y convivir con los humanos
Era peligroso para nosotros, así que estableció una regla en la familia. Esta consistía en que nadie podía hablar y mucho menos entablar o sostener una relación de ningún tipo con un humano.
Yo no entendía el por qué de esta regla a ciencia cierta pero tenía que respetarla y no objetar nada en contra de esta, a fin de cuentas él era mi hermano y no podía faltarle al respeto Objetando en contra de sus Reglas.

Me resigne y me dispuse a pensar la razón de la exclusión que Rob nos imponía.
¿Qué le habían hecho los humanos?, Qué razón había para aislarse así de ellos? Los humanos no podían hacernos nada, nosotros somos maquinas perfectas para matar y por si fuera poco somos inmortales, ¿Ellos qué podían hacer en nuestra contra? Siendo lógicos nada. Ellos creían que nosotros los vampiros éramos Monstruos de los cuentos de hadas y que tal vez habíamos existido en la época medieval, ¿Cuál era el riesgo entonces si ellos ignoraban nuestra existencia?
En si no había razón alguna para esa regla pero el porqué sigue en mi cabeza, taladrándome cada vez más fuerte.


Traté de calmar esas ansias escuchando música. Algo de rock para alocarme un rato no me haría mal.
Logre alejar de mi mente ese porqué que tanto me agobiaba pero en cuanto en mi reproductor de CD'S empezó a sonar Humanity de los Scorpions Regreso esa pregunta sin respuesta, esas ganas de saber, ese porqué. Esto se había convertido en una obsesión.


Mientras brincaba en mi cama oyendo el rock que tanto me gustaba, empecé a hacer hipótesis de la posible razón del porqué no quería que tuviéramos nada que ver con los Humanos y llegue a una pequeña conclusión personal.

Tal vez, temía que los humanos descubrieran lo que en realidad éramos y que se ocasionara tal alboroto que tuviéramos que vivir por siempre escondidos en Alaska.
Y la otra posibilidad era que él pasó por una mala experiencia con un humano y no quería exponernos a algo similar que nos afectara tanto como a él.

Mis conclusiones no calmaron en nada mis inquietudes solo me daban más ganas de saber por qué esa actitud fría con los humanos por parte de Robert, pero a pesar de esa inquietud que ahora vivía en mi, tenía que hacer algo por este aburrimiento que me asfixiaba, me estaba hartando de todos los días hacer lo mismo así que decidí bajar a hablar con él.

Apague mi reproductor de CD'S y me dispuse a bajar a la sala para reunirme con mi hermano.
Me acomodé la ropa que traía puesta, ya que a él molestaba que estuviera desalineada mi ropa. Mi hermano me educaba con mucha disciplina, pero aun así mi cariño por él era inmenso.

Bajé con suma delicadeza por los peldaños de las escaleras. Prácticamente el susurro del viento era más ruidoso que mi paso a
La sala donde él se encontraba mirando la televisión con la misma mirada ausente de siempre. Se veía sumamente distraído así que baje con más cautela, me acerque lentamente hacia el sillón donde se encontraba, me coloque detrás de él, sobre puse mis manos encima de sus hombros y estaba a punto de decirle algo, cuando tomó mis manos.

Me haló de ellas hasta que mis brazos rodearon su musculoso pecho. Volvió hacia mí su rostro inescrutable y me dedico una
Sonrisa burlona, que hacía décadas no la veía en él.
Su mirada era pasiva y sin ningún rastro de molestia por mi intento
Fallido por asustarlo.

-¿Que se te Ofrece Aiiana?- pregunto entre risitas bobas
-Pues venia a platicar contigo- Admití. Mientras dejaba caer mi cabeza detrás del oído de Robert- digo si no te molesta, claro
-Está bien. Pero antes, ¿Me puedes decir por qué tramabas asustarme?-Declaró
-¡Ah! Te diste cuenta- dije evasiva- Bueno, quería ver si lo lograba, no funciono ¿Verdad?
- ¡Sí! Me puse Blanco del susto-Rio jubiloso- Aiiana, dime que necesitas y déjate de tanto rodeo.
- Bueno pues quería decirte que necesitamos salir de este encierro tan asfixiante.

Me miro intrigado por lo que yo decía. Enarcó sus cejas escéptico. Su mirada me confundía pero a la vez me daba confianza para seguir hablando.

-¿Y quieres que salgamos?- dijo inexpresivo, Jugueteando con mis brazos en su pecho
-La verdad si- admití- deseo tanto salir de esta casa para respirar un poco de este encierro.
-¿Entonces quieres ir de caza?- Replico meditabundo
-No- declaré tajante
-Bueno y... ¿a dónde quieres ir?- pregunto confundido
-Pues, no sé, pero es un hecho que quiero salir
-Que te parece que vallamos a jugar Tenis.- inquirió indeciso. Mirando mi rostro con una mirada pícara- ¿Te parece buena idea?
-Me parece buena idea- accedí complacida.- pero dime una cosa ¿Tú sabes jugar tenis?
-Sí, y para tu información lo sé jugar muy bien así que mejor ve resignándote porque vas a perder- Fanfarroneo
-¡Ya veremos Robert¡- replique indignada, retirando mis brazos de su pecho- No te voy a dejar ganar
-Pues si piensas ganarme allí parada, no creo que lo logres así que mejor ve por tus cosas y vamos al club a jugar- dijo seguro de sí mismo
-Está bien Señor Fanfarrón, yo ganare- Fanfarronee un poco- solo por eso iré por mis cosas no porque tu lo digas.
-Aiiana, solo ve por tus cosas esta pelea la arreglaremos en la cancha- Fanfarroneo una ves mas
-Sí, si Rob solo deja de ser tan presuntuoso- replique mofándome
-! Entonces, apresúrate ¡- añadió risueño
-Ok- dije entre carcajadas jubilosas

Después de haber pasado por lo más duro, el tratar de convencer a Robert. Me hacía sentir satisfecha al haber logrado mi propósito. Me volví hacia él.
Me le abalancé, lo abrase fuerte y bese una de sus mejillas.
Él esbozo una sonrisa que no logre descifrar, besó mi frente, acto seguido hundió su rostro en mi cabello y de igual forma me abrazó, muy fuerte. Tan fuerte que un humano hubiera sido demolido al instante por la fuerza que aplicó.
Nuestro abrazo duró hasta que miré el reloj que estaba atrás de él.


-! Oh no ¡debo apresurarme o saldremos tarde para jugar- dije alterada
-Cierto Aiana- asintió, después me liberó de la prisión de sus brazos- ve por tus cosas aquí te espero.

Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. Una vez allí dentro, me senté al pie de mi cama y en mi cara apareció una sonrisa de satisfacción que hace mucho no tenia y esta fue interrumpida por mi hermano.

-¡¡Aiiana, no te oigo buscar tus cosas!!- Declaro- deja de perder el tiempo y apresúrate

Esbocé una sonrisita burlona

-Cálmate, ya voy y para tu información el tiempo es lo que me sobra- añadí riéndome
-¿A si? , pero tu tiempo no cuenta con que puedo cambiar de opinión-me advirtió

Empecé a hacer alboroto con mis pies, para que se calmara

-Ah, pues te equivocas porque si estoy buscando mis tenis- repliqué
-Menos mal, pero apresúrate por favor- insistió

Despeje mi mente y empecé a buscar mi maleta deportiva, dentro del armario de mi habitación. Logré encontrarla solo hacía falta encontrar mi atuendo para jugar y mis Tenis deportivos.

Mientras me encontraba empacando mis cosas tarareaba una canción improvisada, eso me tranquilizaba y evitaba que me distrajera pensando en otra cosa que no fuera el juego de tenis.
Aunque me encontraba sumamente sorprendía ya que Robert aceptó el que saliéramos a otro lugar que no fuera un bosque para cazar.

La euforia me quemaba por dentro. Esto hacia que riera y sonriera constantemente, eso era algo que no pasaba generalmente amenos que encontrara a algún alce rejego que me retara cuando íbamos a cazar. Solamente bajo esa situación recuerdo haberme
Puesto así de eufórica, de allí en fuera no había pasado. Pero por ahora tenía que dejar eso por un lado si no quería que mi hermano cambiara de opinión.

Cuando al fin termine de empacar mis cosas me arregle un poco el cabello y puse algo de maquillaje en mis ojos.
En cuanto termine de arreglarme un poco baje inmediatamente y al pie de las escaleras se encontraba Robert esperándome como lo había dicho antes.
Me miro incrédulo, de pies a cabeza. Enarcó sus cejas. Y después me miró una vez más.

-¿Donde es el desfile?- se mofó mientras me extendía la mano- porqué podría acompañarte
-¡Cállate!, siempre me visto así- añadí molesta

Bueno no siempre. Hoy me había recogido el cabello haciéndome una coleta en la nuca. Y me delinee los ojos con un lápiz para ojos color negro.

-Está bien, solo no te molestes- dijo entre risas- aunque esa coleta te sienta bien. Se ven preciosos esos risos en tu espalda cayendo en forma de cascada hasta llegar a tu cintura.
-Supongo que... que debo decir Gracias.-Me ruborice ligeramente- así que... Gracias
-Bueno. En este momento no es necesario porqué aunque parece que vas a un desfile de modas, te ves Preciosa- Declaro con una sonrisa picara
-Gracias-murmure- no soy la belleza encarnada pero te agradezco el cumplido
-Te equivocas-Balbuceo- pero dejemos esto para después, ahora debemos irnos.
-De acuerdo.

Al terminar nuestra pequeña charla mi hermano camino desde la sala hasta el corredor principal del loft. De ese mismo corredor abrió una puerta y de allí sacó dos raquetas.
Las raquetas se las echó al hombro, en un instante se volvió hacia mí.

-¿Vienes o te quedas allí petrificada?- se burló una vez mas de mi
-¿eh?- dije distraída- ¿qué?
-Creo que te quedaras allí petrificada- balbuceo
-¡Cállate!, vámonos antes de que el sol deje de dar calor

Robert caminó hacia el ascensor, mientras yo seguía allí echando raíces donde estaba parada, no podía creer que mi hermano aceptara salir a otro lado que no fuera un bosque.
Pero eso no era lo que más me impactaba si no que había correspondido a mis muestras de afecto, eso era sorprendente el solo había sido cariñoso conmigo en los primeros meses de mi nacimiento y después se alejó de mí.

Al recordar esos tristes momentos de mi vida, reaccione y camine cabizbaja sin mirar por donde iba. Robert emitió un rugido gutural que me despabilo y me hizo mirar hacia el frente dándome cuenta de que mi hermano ya se encontraba en la puerta del ascensor esperándome.
Este me lanzo una mirada furibunda

-¡Apresúrate!- me ordenó
-Si- dije sumisa- ya voy.

Cerré la puerta del departamento y me dirigí hasta él cuando llegue a su lado.
La puerta del ascensor se abrió y allí dentro se encontraban dos hermosas chicas humanas una de tez apiñonada y cabello castaño y la segunda de tez blanca y cabello rubio.
Las dos miraron a mi hermano de pies a cabeza. Cuando observaron su rostro no dejaron de examinarlo una y otra vez con inusual insistencia.
Mi hermano envés de reaccionar como ellas creían él ignoró su presencia. Me tomo por el brazo y me introdujo en el ascensor.

Acto seguido miro por el rabillo del ojo a las ahora boquiabiertas chicas que se desbordaban de emoción al tenerlo a tan solo unos cuantos centímetros de su alcance

Volvió la mirada hacia mí

-Dame tu maleta- ordenó
-Puedo llevarla sola, no te preocupes- repliqué
-! Dame la maleta ¡por favor- me ordenó ahora molesto
-Está bien, ¡tómala tómala!- le dije alterada

Le entregué la maleta. Él sin demorar más de un segundo se echó mi maleta al hombro, justamente en el mismo donde se encontraban las raquetas. Al ver la acción de mi hermano, las chicas humanas se emocionaron al ver la fuerza que poseía mi hermano.
Empezaron a parlotear entre ellas refiriéndose a mi hermano


-¿Ya viste que fuerte es?-
-Sí, tiene unos brazos muy poderosos-
-Sí, es simplemente perfecto-
-Tienes toda la razón- admitió la rubia


-La chica que está a su lado ¿será su novia?- pregunto la castaña
-Pues no lo sé, pero no es muy agraciada. Seré sincera ella es realmente fea para estar con él- añadió la rubia petulante

Al oír semejante estupidez, posé mi mirada furibunda sobre esa chica rubia altanera. Ejerciendo sobre ella la aplastante fuerza de mi mirada.
Ella no pudo liberarse de mí, estaba atrapada, sumergida en la furia de mis ojos.

Mi hermano de inmediato se percato de la pelea que yo sostenía con la chica humana. Emitió una risita burlona, acto seguido aclaro su garganta y rodeo su brazo por mis hombros acercándome a él. Acercó sus labios a mi oído, mientras yo seguía aprisionando a la rubia con mis ojos.

-¿Puedes dejar de competir con ella por favor?- me solicitó amablemente
-¿Por qué?- repliqué indignada con la mirada aun sobre esa boba rubia altanera
-Porque es molesto, además tú sabes que eres mucho más bella que ella- dijo tratando de calmarme
-¿A si? y dime entonces por que creen que no te merezco y que soy asquerosamente horripilante - dije enfurruñada ejerciendo aun más fuerza en mi mirada
-No lo sé, pero deja de competir con ellas es tonto competir por eso, tú siempre tendrás belleza. Ella al envejecer la perderá así que cálmate- susurró- Libérala Aiana. Estas a punto de lograr que se asfixie.
-No voy a liberarla- dije segura de mi misma- y sabes por qué dices eso. Porqué que a ti no te dijeron Horripilante.

-En esta ocasión si la dejaras en paz- declaro aun manteniéndome junto a su pecho- así que deja de hacerlo por favor

-Está bien- declaré- pero quiero que quede claro que no soy Horripilantemente fea como ella dijo ¿Queda claro?

-Sí, eso está clarísimo- dijo entre risitas arrugando el ceño

Acto seguido libere de la aplastante fuerza de mi mirada a la rubia.
Le tomaron pocos segundos recobrar el aliento. Al parecer si la estaba asfixiando como me había dicho Robert.

Al recobrar el aliento se dirigió a su amiga.

-ya viste Kate pelearon por mi causa- dijo satisfecha la rubia altanera
-Pues, sinceramente yo no lo creo Jamie, esa chica es la belleza encarnada- admitió la chica castaña
-Bueno, admito que es bonita, pero no como yo- dijo arrogante la rubia
-Si ella fuera como tu créeme que se pondría a llorar y no saldría nunca de su casa y por si fuera poco se operaria el rostro- Declaro
-¡Cállate ya! ese chico será mío de una u otra forma- replico furibunda
-Si tú lo dices- escéptica respondió

Mi hermano al oír la plática de las humanas, endureció la cara y apretó los labios. Intrigada por la reacción de mí hermano volví la mirada hacia las señoritas. La rubia que ahora respondía al nombre de Jamie, se dio cuenta de mi reacción así que me lanzo una mirada de desprecio, yo en defensa fruncí ceño y le lancé una mirada fulminante a esa altanera. Inmediatamente ella desvió la mirada.
Robert noto que la riña seguía en pie. Le lanzó una mirada furibunda a la humana, esta inmediatamente se puso sus gafas y se oculto detrás de su acompañante.
Temerosa volví la mirada hacia el rostro de mi hermano y pude notar que estaba irritado por mis acciones dentro del ascensor.
Me ignoro. Y claro el no relajó la postura hasta que llegamos a la planta baja del edificio donde se encontraba el lobí del edificio.

Cuando afín se abrieron las puertas del ascensor la rubia se despidió de mi hermano.

-Hasta luego- dijo más amable de lo soportable

El alzó su mano agitándola una única vez en señal de despedida. Sin mirar a las humanas que estaban detrás de nosotros, mi hermano volvió la mirada hacia mí. Me tomó por el brazo.
Caminamos unos cuantos pasos hasta quedar retirados del ascensor y del escritorio bastante amplio de mármol del portero.

Me acorraló en la pared de la izquierda y allí me volvió a tomar por el brazo de forma que quedáramos uno enfrente del otro

-No quiero que vuelvas a hacer eso, ¿entendido?- me ordeno
Molesto
-Pero...-
Interrumpió lo que iba a decir.
-Pero nada, no hay justificación para que riñas con una insignificante humana altanera- me gritoneo, mientras me acorralaba entre sus brazos

-Entonces haber si entendí- Comencé-¿tu quieres que deje que me hagan menos?
Robert se acercó a mi rostro de modo que entre ambos había un distancia de 30 cm.
Me miro y empezó a hablar de nuevo.

-Seamos realistas Aiiana, tu nunca vas a ser menos, eres inmortal tu belleza vivirá por siempre. En cambio ellas al pasar los años la perderán- me señalo furioso

-Está bien ya entendí, puedes dejar el sermón por un lado

Trate de darme un poco de espacio entre ambos. Lo cual fue fallido, aun siendo inmortal y teniendo fuerza sobrenatural mi hermano era el cuádruple de fuerte comparado conmigo.

-Está bien- Me recordó, aun estaba molesto- ahora vamos antes de que se haga tarde

Al terminar la última frase, me libero de la prisión en la que me tenía sometida. Empezó a caminar sin mirarme ni un solo momento.

-Claro- añadí sumisa, mientras caminaba detrás de el cual perrito faldero

Caminamos por el lobí del edificio hasta llegar al escritorio del portero.
Robert acercó sus labios a mi oído una vez más para advertirme antes de que pudiera si quiera pensar en actuar

-Déjame hablar a mí, no quiero que te relaciones con ningún mortal de nuevo- me señalo
-Está bien- conteste sumisa e inhibida por su actitud imponente
-Ok, solo actúa relajada y pase lo que pase no hables con nadie que no sea yo, ¿entendido?- me ordeno una vez mas
-Entendido- asentí

El únicamente se limito a hablar lo necesario con el portero para que trajeran nuestra camioneta

-Señor Billeneuve buenos dias-
-Buenos días, Peter vamos a salir-

-Señor, ¿gusta que traiga hasta la puerta su camioneta?-
-Claro, De preferencia que sea inmediatamente, por favor.

Jamás lo había escuchado ser tan cortes con un humano...

-Claro Señor- asintió el hombre

El portero tomo el teléfono de su escritorio. Hizo una llamada y en tres minutos nuestra camioneta estaba en la puerta del edificio

-Listo, señor.
-Gracias, Peter.
-Hasta luego señor Billeneuve, que tengan buen día- declaro amable
-Igualmente.

Robert me tomo por el brazo y me dirigió hasta la puerta. Camine como normalmente lo hacía claro sin contar que mi hermano me remolcaba como si tuviera 5 años y fuera inevitablemente berrinchuda para caminar por mí misma. Robert me jaloneo hasta llegar a la camioneta.
El Vallet Parking del edificio le dedico una sonrisa sumisa a mi hermano en señal de haber servido bien a su petición.
Acto seguido el Vallet sostuvo entre sus dedos índice y pulgar las llaves de nuestra camioneta.
Mi hermano volvió su mirada hacia el Vallet. Le dedico una sonrisa de aprobación y agradecimiento. Inmediatamente entro a la camioneta.
Yo en cambio tuve más valor que él, así saqué un billete del bolsillo de mi pantalón. Quizá era uno de 50 dólares no había importancia en eso. Se lo entregue al joven que nos había atendido amablemente en sus manos.
El Vallet me entregó amablemente las llaves en la palma de mi mano. Pude sentir el calor de su piel cuando rozó ligeramente mi palma con sus dedos. Inmediatamente al tener las llaves en mi poder, retiré mi mano.

-Gracias, y buen día- añadí amablemente
-De nada señorita Billeneuve, estoy para servirle- me guiñó un ojo

Desconcertada camine hasta la puerta del copiloto. Abrí la portezuela de la camioneta, me introduje en ella de un salto cerré la puerta sin el mas mínimo esfuerzo.
Me acomode en el asiento y volví la mirada hacia mi hermano. Me miraba confuso, apretó los labios, encendió el auto sin dejar de mirarme ahora con reprobación. Acto seguido me arrebato las llaves de la mano y puso en marcha el auto.

1 comentario:

  1. Me encantó!!
    La historia va geniial! La verdad es que te luciste Diana xDD Pero vas a tener que controlar la actitud de Rob porque me está gustando mas de la cuenta jaj xDD
    Lo único que no iba demasiado bien fue el tema de redaccion al principio... pero dspues mejoraste muchisimo y te quedo genial :D Nada que ver con el primer cap de mi histoira xD Eso sí fue un fiasco..en fin después,-como te paso a vos- fui mejorando.. :P
    asiquee espero impaciente por el proximo! :DD

    Besos.~#

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